La cultura del ahorro en los jóvenes mexicanos: entre el “mejor me lo gasto” y el “por si acaso”

Entre tacos, suscripciones y antojos que "uno se merece", el ahorro en personas de 25 a 40 años parece más un mito que una práctica real. En este artículo exploramos, con humor y claridad, cómo se vive (o no) la cultura del ahorro en México, por qué no basta con “no gastar de más” y cómo empezar a ahorrar sin renunciar a lo que nos gusta. Porque sí, es posible construir un futuro financiero sólido sin dejar de vivir el presente.

AHORROCULTURA FINANCIERA

Yhitzaacc Gil

7/8/20252 min read

La cultura del ahorro en los jóvenes mexicanos: entre el “mejor me lo gasto” y el “por si acaso”

Ahorrar en México, especialmente entre personas de 25 a 40 años, puede sonar como ese propósito de año nuevo que nunca pasa del primer mes. Todos decimos que vamos a ahorrar… justo después de pagar Netflix, Spotify, la suscripción del gym que no pisamos desde enero, y claro, los tacos al pastor que “ya me lo merezco, fue una semana pesada”.

Pero más allá de los memes y las tentaciones, hablar de cultura del ahorro en nuestra generación es hablar de una necesidad urgente.

Vivimos en un país donde no nos enseñaron a ahorrar, sino a "no gastar de más", que no es lo mismo. Nos dijeron que guardar el cambio en el cochinito era suficiente. Pero hoy, entre inflación, créditos, rentas imposibles y las ganas de viajar a Europa sin vender un riñón, el ahorro se vuelve una herramienta de supervivencia… y de libertad.

La buena noticia es que ahorrar no tiene que doler. No se trata de vivir en modo austeridad franciscana ni de renunciar al cafecito de las mañanas. Se trata de tener un plan, uno que se adapte a tu estilo de vida, que no se pelee con tus gustos, pero que te prepare para el futuro: ese que parece lejano, pero llega rapidito.

Hoy existen muchas opciones para empezar: desde métodos de ahorro tradicional hasta instrumentos financieros que trabajan por ti mientras tú vives tu vida. Lo importante es empezar con metas reales y bien planteadas, aunque sea con poco. Recuerda: más vale ahorrar 500 pesos constantes que mil “cuando se pueda”.

Y si ya lo intentaste solo y no funcionó, no pasa nada. Nadie nace sabiendo planear su retiro o proteger su patrimonio. Lo importante es reconocerlo y buscar acompañamiento con alguien que te hable claro, sin complicaciones y sin juzgarte por tus gastos en sushi y gorras edición limitada.

Ahorrar no es dejar de vivir, es vivir con inteligencia.
Y sí, también es darte gustos... pero con estrategia.